Castillo de Moya
16 Kilómetros son los que separan por carretera Fuentelespino del Castillo de Moya.
Para los más intrépidos el recorrido también puede hacerse atajando por pistas y sendas, o en bicicleta de montaña.
El castillo es una joya que merece la pena visitar. Pasear por sus calles y ruinas nos traslada a épocas pasadas de esplendor para esta villa, que llegó a ser Marquesado de 32 pueblos, tuvo 6 iglesias, 3 conventos, hospital, etc.
Alfonso VIII, en 1210, tras la conquista de El Cuervo, Castielfabib, Ademuz y Serreilla por Pedro II de Aragón, pobló Moya. Fernando III la consolidó y le concedió fueros y privilegios y en torno a la villa. Con el tiempo se agregaron otras tierras y otros pueblos formando una unidad geográfica que aseguró las fronteras castellanas lindantes con Valencia y Aragón. En 1215, Enrique I da la villa en privilegio a la Orden de Santiago. Este fue el comienzo del azaroso Señorío que terminará con su elevación a REALENGO en 1319 y a MARQUESADO en 1480.
Y también en estas fechas el Arcediano de Cañete pasa a Moya.
En 1319, Fernando IV declaró esta Villa PATRIMONI0 DE LA CORONA,. Este hecho fue un hito importante alcanzado por Moya: ser REALENGO. Juan II dio Moya al Marqués de Villena en 1451 contra el que se resistieron los moyanos con éxito. En 1463, Enrique IV hizo donación del señorío de Moya a D Andrés de Cabrera, el «buen vasallo». También entonces se opusieron los moyanos a este nombramiento. No pudo tomar posesión el nuevo Señor hasta 1475, cuando los Reyes Católicos confirmaron esta donación, pues Moya siempre estuvo de parte de Isabel I, La Católica, en el proceso sucesorio. Esto le valió a Moya que de SEÑORIO se convirtiera en MARQUESADO el año 1480.
Durante los siglos XIII y XIV algunos caballeros moyanos participaron en numerosas empresas militares. Desde su elevación a Marquesado, Moya se personificó en sus Marqueses. Los años grandes fueron los de sus primeros Marqueses, D. ANDRÉS DE CABRERA y DÑA BEATRIZ DE BOBADILLA. También Moya escribió páginas de lealtad a la Corona en la época de las Comunidades yendo contra las Germanías.
Las Casas de Villena y de Moya se unieron por matrimonio de la tercera Marquesa de Moya, Luisa de Cabrera, con Diego López Pacheco, marqués de Villena. En el siglo XVII sigue Moya engrandeciéndose. Su arcedianato es muy solicitado por ilustres personajes.
Puede decirse que en el siglo XVIII Moya entra en su decadencia. Desaparecen de estas tierras las familias de los Albornoces, Cabreras, Carrillos, Pachecos. Sólo los Zapata permanecerán más tiempo.
En el siglo XIX aún escribirá Moya unas páginas de gloria: Se convierte en centro de la resistencia antifrancesa en 1808. . Por ello Moya volvió a sufrir de nuevo saqueos y destrucción. Su historia puede terminar con su participación en las guerras carlistas. Del lado de Isabel II, sufrió feroces ataques de Cabrera y la destrucción en 1835.
El siglo XIX es el fin de Moya, de su importancia, de su prestigio y de su grandeza. Las nuevas orientaciones políticas y administrativas y la desamortización hicieron que los 36 pueblos de su jurisdicción multisecular se separaran. Incluso comenzaron a desmoronarse sus muros y a disgregarse sus habitantes por los barrios anejos más próximos. Proceso que durará hasta bien avanzada la primera mitad del siglo XX.
SI DESEAS MÁS INFORMACIÓN VISITA LA WEB DE LA ASOCIACIÓN DE AMIGOS DE MOYA .(www.moyaysustierras.es)