Las Caleras

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La cal, junto con el yeso, fueron durante muchos años dos elementos esenciales en la construcción.  La cal, mezclada con arena en una proporción, de una de cal y cuatro o cinco de arena sirvió desde principios del siglo pasado, y quizás desde antes para unión de piedras y ladrillos empleados en viviendas u otros edificios, tanto en paredes exteriores como en el tabicado interior. Su utilización finalizó sobre los años 1950 o 60 que fue sustituida por el cemento.

Las caleras sirvieron para obtener esta cal. Se buscaba un lugar del término con abundancia de leña: sabinas, encinas, robles de pequeña talla, que ayudados por aliagas, ”asielvas” u otros pequeños arbustos. Estos se cortaban con algunos días de antelación, servían para calentar y cocer la piedra caliza preparada al efecto, que después de dos días y dos noches aproximadamente quedaban en condiciones de extraer, ya convertidos en “cal”, que lógicamente se dejaba enfriar algún día para proceder a su extracción. Transportada en carros se depositaba en lugares adecuados, generalmente en las afueras del pueblo; se medía siempre con el “almuz” y “caices” que no sabemos en realidad a cuantos almudes equivalía.

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