Las Pegueras
Parece ser que algunas familias del pueblo, una vez se habían concluido las faenas de recolección de cereales (mediados de Septiembre), con el fin de allegar algún dinero a su precaria economía explotaron por algún tiempo las llamadas “pegueras”. En la actualidad todavía se conservan dos lugares: camino del cementerio, próximo al lavadero y fuente de la Alberca, este otro bajando en dirección al antiguo sondeo del agua la llamada PEGUERA en un ribazo grande que lleva su nombre.
Según información recibida de las personas mayores, este trabajo o actividad consistía en extraer de los abundantes pinos que se encontraban por todo el término, trozos más o menos grandes que después eran transportados en mulos aparejados con albarda y serón a estos lugares. Allí de una forma minuciosa y artesanal eran colocados convenientemente, dejando espacio para, mediante un fuego no muy intenso derretir la resina de la tea del pino, obteniendo un líquido espeso y gelatinoso, la llamada “brea”, que recogida en pieles, llamadas pellejas de brea eran transportados posteriormente a Valencia y su puerto para cubrir todo tipo de embarcaciones, haciéndolas completamente impermeables.
Se dice que estos viajes de transporte de “pez o brea” hacia Valencia se hacían en carros de pértigo por un antiguo camino que seguiría el trazado actual de la carretera hacia Garaballa, Aliaguilla, la Torre y Utiel. Desde aquí otro camino siguiendo la actual autovía A-3 les conduciría hasta Valencia.
El tiempo empleado en este viaje sería sobre 3 o 4 días, aprovechando al máximo las horas de luz, y descansando por la noche muy pocas horas.
También se cuenta que en el portillo de Buñol, dada su estrechez en el camino había que quitarle las ruedas a los carros y pasar el chasis del carro, llamado “escalera” junto a la mercancia transportada unos cuantos metros , para armar de nuevo el carro cuando la amplitud del camino ya les permitía rodar sin dificultad.